Técnicas de Sanación

Aquel que ha contemplado la belleza se vuelve bello para siempre

sábado, 8 de diciembre de 2012

Mejor dejar de juzgar

Más allá de las ideas del bien y del mal hay un campo. Allí te esperaré ....

Rumí

sábado, 2 de junio de 2012

Alegoria Zen para las prisas o el estrés




Un joven monje, que acababa de llegar al monasterio chino chan de la escuela Lin-tsi, se dirigió al gran maestro Chao-chu:

" Soy nuevo en este monasterio. Podría darme una enseñanza?
--¿Ya te has tomado la sopa de arroz? -preguntó Chao-chu.
--Sí, ya me la he tomado -respondió el monje.
--¡Entonces, vete a lavar el tazón! "
 

martes, 15 de mayo de 2012

Yayo




Yayo, es una de mis colaboradoras mas queridas, desde que un día, hace ya tiempo, se acercó a mi despacho de la universidad para que la orientara en un trabajo. Yayo trabaja con el movimiento ecologista. Ella y otra mucha gente altruista y responsable no cesan de hacer llamadas de atención sobre la necesidad de un cambio de modelo, de desarrollar prácticas que conduzcan al equilibrio ecológico y a la equidad social. 

Su lema es vivir mejor con menos, practicar cierta autocontención voluntaria, algo que a todos nos debería hacer pensar, porque en esa sencillez está implicito un mejor comportamiento con la naturaleza y la posibilidad de que muchas más personas puedan acceder a los recursos de la Tierra .

El problema más grande, comentábamos Yayo y yo, es el modelo de éxito que Occidente ha cultivado y ha exportado al resto del mundo. Este modelo se basa en tener, en acumular cosas y dinero, y cuando más rapidamente mejor (a veces sin que importe mucho cómo ...). Operamos como máquinas veloces frente a una naturaleza que necesita tiempo. La razón de que vayamos sobrepasando los límites de los ecosistemas es, sobre todo, nuestra prisa: prisa por producir, prisa por consumir, prisa arrojando los residuos a algún lugar donde no se vean. 

Muchos bancos pesqueros están practicamente extinguidos. Todo ha sido por algo tan sencillo como que los barcos extraían peces a más velocidad de lo que las poblaciones allí existentes se reproducían.
Nuestros industriales están obsesionados por producir más cantidad de producto cada vez en menos tiempo, pero eso no ha liberado a los trabajadores, no ha conducido a una reducción de la jornada laboral, tan sòlo ha incrementado a más velocidad  los beneficios de los empresarios.

¿Hacia dónde caminamos? ¿Es sostenible nuestro modelo de vida? Decididamente no. Hemos identificado el desarrollo con lo que los economistas llaman un bien posicional. Es decir, un bien que sólo algunos pueden disfrutar, en virtud de su posición en la sociedad global, pero a costa de que el resto no tenga acceso a él. Éste es el modelo por el cual hoy el 20% de la humanidad (los ricos del planeta) consume más del 80% de los recursos, mientras grandes comunidades en África, América latina, Asia... viven en condiciones de extrema pobreza.

La sostenibilidad es otra cosa. Exige un cambio de rumbo. Viajamos en un barco de trayectoria equivocada, que navega acelerando cada vez más y que se dirige a la autodestrucción. Necesitamos un viraje pero, para hacerlo, lo primero es reducir la velocidad. 
Nos hace falta sosiego para interpretar bien dónde estamos y adónde queremos ir, y también para acoplarnos a las pautas de la naturaleza.

Mientas comentamos estas cosas, Yayo me mira y, con esa lucidez que la caracteriza, afirma "la velocidad nos mata, es la peor enfermedad que Occidente ha exportado al resto del mundo...". Y yo pienso: ¿Hasta cuándo?



"Despacio, despacio"
Maria Novo.             
 

martes, 8 de mayo de 2012

La búsqueda espiritual




En cierto sentido, todos tenemos la sensación de que hay algo más allá. Algo más allá del ir y venir de las cosas, más allá de quien creemos que somos, más allá del interminable ciclo de la vida y la muerte, más allá de nuestros logros, de nuestros nombres. Más allá de todos los "más allá", existe la sensación de unidad, de Unicidad, de plenitud.

De pequeños, cuando aún somos bebés, todavía no estamos desligados de la vida y existe en nosotros una inocencia, un sentirnos maravillados ante el mundo, como una sensación muy viva, muy evidente. Pero, por alguna razón, cuando somos adultos perdemos esa inocencia, esa sensación de estar completamente presentes, plenamente vinculados a lo que esta sucediendo en este momento, sea lo que sea. Nos volvemos muy rigidos, muy pesados, nos empachamos de conocimientos, de remordimientos, de ansiedad por el futuro. Nos sentimos desligados de la vida. Caemos presos de la dualidad. Hablamos en términos de "mi vida y yo", "mis objetivos y yo", como si hubiera algo que nos separara de esas cosas. A diferencia del recien nacido, tenemos una idea fija de quiénes somos. La vida, tal y como es, ya no nos sorprende. Dejamos de jugar Nos convertimos en unas criaturas muy complejas.

Nos pasamos la vida intentando que todo vuelva a su ser. Regresar a la esencia, sencillamente, regresar a la esencia.


La Revelación de la Unidad.  
Jeff Foster                                

El gato del ashram





Había una vez, un gurú que vivía con sus seguidores en ashram en la India.
Una vez por día, al caer el sol, el gurú se reunía con sus discipulos y predicaba.
Un día, apareció en el ashram un hermoso gato que seguía al gurú por dondequiera que él fuera.
Resultó que cada vez que el gurú predicaba, el gato se paseaba permanentemente por entre los discipulos, distrayendo su atención de la charla del maestro.
Por eso, un día, el maestro tomó la decisión de que cinco minutos antes de empezar cada charla, ataran al gato para que no interrumpiera.
Pasó el tiempo, hasta que un día el gurú murió.
El discipulo más viejo se transformó en el nuevo guía espiritual del ashram.
Cinco minutos antes de su primera prédica, mandó atar al gato.
Sus ayudantes tardaron veinte minutos en encontrar al gato, para poder atarlo....
Pasó el tiempo, hasta que un día murió el gato.
El nuevo gurú mandó que consiguieran otro gato para poder atarlo.


"Lo que sucede es que, como siempre, de una pauta realmente útil en ciertas circunstancias, se ha hecho una generalización absurda...."


domingo, 6 de mayo de 2012

Expresar lo Inexpresable






Un Tao que se pueda verbalizar no es el Tao eterno.
 Un nombre que se pueda verbalizar no es el Nombre eterno.

Lao-Tzú. Tao Te King